LA IMPORTANCIA DE LA ORACIÓN

 

TEXTO BÍBLICO: Mateo 6:5-15.

 

La oración es el privilegio que tengo como creyente de hablar con mi Dios,  Creador y salvador de mi alma. Es cuando desarrollo un hábito constante para orar que siento más y más la presencia de Dios en mi vida, pues en la oración es el puente que nos comunica con Dios; llevándonos a su presencia en adoración y por ende, nos trae la bendición de Dios a nuestras vidas al ser llenos del poder del Espíritu Santo. Por consiguiente, así como el aire es necesario para cuerpo, pues lo hace vivir; la oración es necesaria para mi alma, pues también la hace vivir. Una vida cristiana sin oración es un cristianismo muerto. El Padre nuestro es la oración que desde niños sabemos, pero debemos saber el propósito de esta oración con el fin de acercarnos a Dios correctamente.

 

I.          CÓMO DEBE SER LA ORACIÓN (Mateo 6:5-9).

 

    Debe ser con una actitud correcta (Versículo 5):  

    La oración es el medio que nos comunica con Dios, por lo tanto debe ser dirigida a Dios sin hipocresía. Por lo tanto, cada que usted comience su oración, es necesario que tenga una actitud de arrepentimiento, y una actitud humilde delante de Dios. Es necesario que le pida a Dios que le limpie de pecado, para que su oración sea más eficaz (2 Crónicas 7:14).

 

    Debe ser en un lugar correcto (Versículo 6):  

    La oración personal es distinta a la que usted hace o practica en la iglesia, pues la oración de la iglesia es congregacional. Es decir, esta acompañada de todos los hermanos, mientras que la oración personal es la que usted eleva a Dios a solas. Por lo tanto es necesario que usted tenga u lugar adecuado donde pueda pasar a solas con Dios permanentemente.

 

    Es recomendable que cuando usted ore a Dios tenga su celular apagado, no reciba llamadas ni atienda cosas que le privan de la presencia de Dios. Es importante que usted ore en un lugar cómodo, con puertas y que sea permanente con el fin de que este lugar sea el santuario que usted ha escogido para hablar con Dios. Si decide orar no permita que nada le distraiga, pues si usted interrumpe la oración por cualquier cosa o asunto, le está diciendo a Dios que su conversación con Él no significa nada para usted.

 

    Debe ser con las palabras correctas (Versículo 7):  

    Cuando usted ora a Dios, debe tener en cuenta que al Dios al cual usted le está hablando es Todopoderoso, por lo tanto comience por exaltar su nombre y decirle en su misma presencia lo que usted piensa de Él. La oración que tiene las palabras adecuadas son aquellas que salen de lo profundo del corazón y no son el producto de una “repetidera” de palabras sin sentido.

 

    Debe ser con la fe correcta (Versículo 8):  

    Cuando usted se acerque a Dios en oración, usted tiene que ser consiente de s8u misma presencia, es decir, debe saber que si está invocando a Dios en oración, es porque Él está escuchando sus palabras y por ende, por Su misericordia está presente en el mismo lugar donde usted está orando, y usted debe creer que el se encuentra donde usted está orando(Hebreos 11:6).

 

    Debe ser dirigida a la persona correcta (Versículo 9):  

    La oración debe ser dirigida al Padre Celestial, en el Nombre de Jesucristo y bajo el Poder del Espíritu Santo. La oración no debe ser dirigida al aire con palabras sin sentido, sino que debe llegar al mismo trono de Dios con palabras que alaben y glorifiquen su nombre.

 

II.       PASOS DE LA ORACIÓN (Mateo 6:9-13).

 

  • ADORACIÓN: “Santificado sea tu Nombre”:  

 

    Adoramos a Dios por lo que Él es: Su esencia es santidad, grandeza, plenitud, todopoderoso, grande, omnipotente, misericordioso, y mucho más. Dios es digno de nuestra adoración y fuimos creados por Él para este propósito (Juan 4:24).

 

  • ALABANZA: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”:  

 

    Adoramos a Dios por lo que Él es, pero lo alabamos por lo que el hace; su voluntad es echa en los cielos y en la tierra. Usted debe saber en su oración que Dios es creador y hace su perfecta voluntad, y debe ser consciente de todo lo que Dios ha hecho por usted y su familia con el fin de poderlo alabar (Salmo 150).

 

  • PETICIÓN: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”:

 

    Nuestras peticiones son necesidades que presentamos a Dios con la esperanza de que sean solucionadas. La fe juega un papel importante en nuestras peticiones, pues debemos pedirle a Dios con fe y no dudar nada (Santiago 1:6-7). Sin embargo, no podemos presentarle nuestras peticiones a Dios, sin antes adorarlo y alabarlo. De esta manera sabremos que primero debemos ganarnos y buscar primeramente el corazón de Dios antes que su bolsillo (Mateo 6:33).

 

    Como hijos de Dios debemos saber que Dios quiere que le pidamos por nuestras necesidades, pes el Padre nuestro así lo enseña. Nuestras peticiones abarcan primeramente el área espiritual, luego el área emocional, y por ultimo el área financiera; Dios nos escucha y nos provee cuando sabe que nuestras particiones están dentro de su perfecta voluntad. Lo importante es saber que Dios nos da bendiciones poderosas en el area financiera, cuando somos fieles con nuestros diezmos y ofrendas, de lo contrario, puede pasar horas de rodillas pidiendo y la bendición nunca llegará cuando nuestro corazón es desobediente con lo que Dios manda en su palabra (Malaquías 3:10, 11).


  • CONFESIÓN: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.”:

 

    La confesión es importante en nuestra oración; aunque debe ir en primer lugar con el fin de que nuestra oración sea trasparente, es necesario que lo hagamos de todo corazón. Confesar nuestros pecados a Dios es el medio que nos limpia y nos purifica; pues Dios quiere que sus hijos se despojen de todo peso de pecado y sean limpios a través de la Sangre de Cristo (1 Juan 1:7). Sin embargo, es importante notar que Dios perdona nuestros pecados, cuando tenemos también una actitud perdonadora: “Como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Dios no perdona los pecados de aquellos que se rehúsan a perdonar a su prójimo (Mateo 6:14-15).

 

  • INTERCESIÓN: “No nos metas en tentación, mas líbranos del mal”:

 

    No es que Dios meta en tentación a alguien, pues Dios no tienta a nadie, ni es tentado por el pecado (Santiago 1:13-15), sino que el texto está diciendo que Dios no permite que entremos e tentación, pues la tentación se nos puede presentar, pero es decisión de cada uno de nosotros aceptarla o no. Por esta razón debemos pedirle a Dios que nos libre de la tentación y del mal, cubriéndonos con la Sangre de Cristo Jesús.

 

    Jesús fue tentado (Mateo 4:3), pero venció la tentación; por lo tanto la tentación no es pecado, pero caer en ella sí. Interceder también es utilizar nuestro tiempo de oración para orar por nuestra familia, nutra iglesia, nuestro barrio o ciudad. Por los males  que aquejan a nuestro país y por el derramamiento de un avivamiento para nuestra iglesia y ciudad.

 

III.   ASPECTOS CLAVES DE LA ORACIÓN:

 

    La oración es un mandato de Dios: Cristiano que no ora, el diablo se lo devora. Por eso es que la oración debe ser practicada todos los días con el fin de tener asegurada la victoria sobre el enemigo, pues Dios así lo exige (Efesios 6:18).

 

    La oración no necesita intermediarios: La oración debe hacerse al Padre, en el nombre de Jesucristo, bajo el poder del Espíritu Santo. Pero no necesita que usted se acerque primero a X o Y santo para que le pida a Dios por usted. Tampoco es necesario de la intervención humana con el fin de que usted pueda acceder al trono de Dios. la oración es directa, la Sangre de Cristo fue le precio para acercarnos al trino de la gracia y buscar a Dios directamente (Hebreos 4:16).

 

    La oración se ejercita orando: Se aprende a orar orando, y se enseña a otros a orar orando. Por lo tanto la oración es un medio sublime que Dios nos concedió para poder tener una entera comunión con Él. Si un cristiano deja de orar pierde el ejercicio de la oración y por ende se descuida espiritualmente.

 

    La oración necesita humillación: La oración no se puede ejercer con un corazón cargado de soberbia, ni mucho menos lleno de exigencias para Dios. Nuestro padre Celestial merece todo nuestro respeto y debemos humillarnos delante de su presencia. Es decir, rebajarnos voluntariamente con el fin de ganarnos su favor, misericordia y gracia; pues el favor de Dios hace que vea nuestras deficiencias, la misericordia de Dios hace que Él no dé lo que merecemos, pero la gracia de Dios hace que el nos conceda aquello que no nos merecemos.

 

    La oración debe ser con poder: El Espíritu Santo es nuestro mejor aliado en nuestra oración, y como Dios nos ayuda a orar cuando no sabemos que pedir a Dios; Él mismo intercede por nosotros con el fin de que recibamos bendición (Romanos 8:26). De esta manera la oración se vuelve poderosa cuando es el Espíritu Santo nuestro mejor amigo y compañero de oración.

 

IV. LA ORACION Y EL AYUNO:

 

    ¿Qué es el ayuno?

    El ayuno es abstinencia total de alimentos con el fin de fortalecer el espíritu y sacrificar la carne bajo el dominio de Dios (Salmo 109:24; Joel 1:14). El ayuno es apartarse con Dios para tener intimidad en oración con Él. Mi cuerpo se debilita, pero mi espíritu se fortalece de una manera poderosa, al permitir que mi vida se disponga solo para buscar a Dios.

 

    ¿Qué no es el ayuno?

    No es para pedir cosas materiales, sino para pedir la voluntad de Dios para mi vida y para que el viejo hombre muera y Cristo viva en mí. el ayuno tampoco es para competir o creerme más espiritual que otros, sino para que el poder de Dios se perfeccione en mi vida.

 

    ¿Cuáles son los Beneficios del ayuno?

    El ayuno tiene los siguientes beneficios:

  • Conocer la voluntad de Dios en diferentes áreas de mi vida.
  • Fortalecer mi vida espiritualmente.
  • Romper ataduras y cadenas de maldad (Isaías 58:6).
  • Arrepentimiento y conversión de los perdidos (Jonás 3:5-6).
  • Abrir los cielos para que se derrame un poderoso avivamiento.
  • Protección divina (Ester 4:15-17).
  • Autoridad sobre el enemigo (Efesios 6:10-12).
  • Confirmación para un llamado a servir a Dios.
  • Para que Dios bendiga mi vida al buscar su corazón y presencia.

 

    ¿Qué tiempo debe durar el ayuno?

    El ayuno tiene diferentes maneras de duración, pues tiene que ver, no con lo que nosotros escojamos, sino con la guía que Dios nos da en medio del ayuno. Por ejemplo, si una persona decide en su corazón ayunar tres días, Dios puede guiarle a ayunar diez. Según las sagradas Escrituras los ayunos son de variada duración:

  • Un Día (Jueces 20:23).
  • Tres Días (Ester 4:16).
  • Siete Días (2 Samuel 12:16-20).
  • Veintiún Días (Daniel 10:2-3).
  • Cuarenta Días (Mateo 4:2).

 

    ¿Donde es el ayuno?

   El ayuno puede ser privado (Mateo 6:16-18), congregacional (Joel 2:1,16). Tanto el ayuno privado como congregacional nos son opcionales, sino que deben ser un deber para cada cristiano que obedece a Dios con el fin de saber el propósito de Dios para su vida, y con el fin de vivir una vida cristiana en victoria.

 

    ¿Cuales son los resultados del ayuno?

    Los resultados del ayuno son: primero, un carácter quebrantado y sometido al señorío de Dios. Segundo, prosperidad financiera, física, emocional y espiritual. Tercero, Unción del espíritu Santo sobre su vida. Cuarto, victoria sobre el pecado, la tentación, el diablo y sus demonios. Quinto, testimonio en mi vida, pues otros verán en mí la gracia de Dios.