INTRODUCCIÓN A LA PNEUMATOLOGÍA

 

A.    Definición

Pneumatología viene de la palabra griega que significa espíritu y es el estudio doctrinal acerca de la Persona y la obra del Espíritu santo.

 

B.     El alcance de este estudio

Este estudio tratará con la Persona del Espíritu Santo, Su obra en las diferentes eras, y cómo se relaciona a Cristo, a la Palabra de Dios, a los incrédulos y a los creyentes.

 

C.    La importancia de este estudio

     No entender a la Persona y la obra del Espíritu Santo nos llevará al error doctrinal y a un énfasis inadecuado en la experiencia, como es evidenciado en el movimiento carismático.

 

     No entender a la Persona y la obra del Espíritu Santo dará como resultado que se les robe a los creyentes las bendiciones de Cristo.

 

     No entender a la Persona y la obra del Espíritu Santo obstaculizará a los creyentes en su servicio a Dios, de ser creyentes fructuosos y de disfrutar las bendiciones de una vida victoriosa en Cristo.

 

  I.            LA NATURALEZA O LA ESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

 

A.    El Espíritu Santo es una Persona distinta, conocible y sensible

 

1.      Posee los atributos de personalidad: Porque Tiene intelecto (Juan 14:26; Romanos 8:27; 1 Corintios 2:10-12). Expresa emociones (Romanos 15:30; Efesios 4:30). Demuestra Su voluntad (Hechos 13:2,4; 1 Corintios 12:11).

 

2.      Él hace la obra que sólo una persona puede hacer y responde a las necesidades y las acciones de las otras personas.

  • Habla y ordena (1 Timoteo 4:1,2; Hechos 8:29).
  • Convence y testifica (Juan 16:7-11; Romanos 8:16; Juan 15:26).
  • Enseña y guía (Juan 14:26; 16:13; 1 Juan 2:20,27; Romanos 8:14).
  • Separa a los individuos para el servicio (Hechos 13:2) y le obstruye a la persona en ciertas circunstancias (Hechos 16:7).
  • Imparte poder a los creyentes (Gálatas 5:16; Hechos 1:8; Efesios 1:19).

 

3.      Se le atribuyen ciertas cualidades que sólo son evidentes cuando está tratando con una persona.

  • Habla y demanda obediencia (Hechos 10:19).
  • Puede ser mentido y contristado cuando los creyentes pecan (Hechos 5:3; Isaías 63:10; Efesios 4:30).
  • Puede ser insultado (Hebreos 10:29) y blasfemado (Mateo 12:31).

 

Es referido gramaticalmente en el sentido masculino. La palabra espíritu en el griego es   neutra, pero cuando nos referimos a Él, nosotros utilizamos el pronombre masculino (Juan 15:26; Efesios 1:14).

 

B.     El Espíritu Santo es Dios existiendo en la tercera Persona de una trinidad divina

 

1.      La prueba de Su deidad es apoyada por los nombres por los cuales es llamado.

Pedro se refiere a Él como Dios (Hechos 5:3,4).      Su relación con el Padre es vista en ciertos nombres. Él es llamado el Espíritu de Dios (Génesis 1:2; Romanos 8:9,11,14), el Espíritu de Jehová (Jueces 3:10) y el Espíritu de Jehová el Señor (Isaías 61:1).

 

Su relación con el Hijo también es vista en ciertos nombres. Él es llamado el Espíritu de Jesucristo (Filipenses 1:19), el Espíritu de su Hijo (Gálatas 4:6), el Espíritu del Señor (Lucas 4:18; Hechos 5:9) y el Espíritu de Cristo (Romanos 8:9; 1 Pedro 1:11).

 

2.      La prueba de Su deidad es apoyada por los atributos que posee.

El posee el atributo no moral de la omnipresencia (Salmos 139:7; 1 Corintios 6:19), omnipotencia (Job 33:4; Salmos 104:30) y omnisciencia (1 Corintios 2:10-11; Juan 16:13).

 

Él es santo (Romanos 1:4), justo (Romanos 8:4), lleno de gracia (Hebreos 10:29) y amoroso (Romanos 15:30; 5:5).

 

Él es el dador de la vida (Romanos 8:2; Juan 3:5,6), es soberano (1 Corintios 12:11; Hechos 10:19,20) y eterno (Hebreos 9:14).

 

Ha recibido ciertos títulos que revelan Sus atributos de deidad. Es el Espíritu eterno (Hebreos 9:14), el Espíritu de vida (Romanos 8:2), el Espíritu de santidad (Lucas 11:13), el Espíritu de sabiduría (Efesios 1:17), el Espíritu de verdad (Juan 14:17), el Espíritu de gracia (Hebreos 10:29) y el Espíritu noble (Salmos 51:12).

 

3.      La prueba de Su deidad es apoyada por las obras que hace

  • Tuvo una parte en la creación (Génesis 1:2; Salmos 33:6; Job 26:13).
  • Es un Inspirador de las Escrituras (2 Pedro 1:21; 2 Timoteo 3:16).
  • Fue el Agente de la concepción en el nacimiento de Cristo (Lucas 1:35).
  • Es el Agente en el nuevo nacimiento de los creyentes (Juan 3:3-8).
  • Espíritu de adopción (Romanos 8:15), el Espíritu de vida (Romanos 8:2), el Espíritu de verdad (Juan 14:17) y el Consolador (Juan 14:16,26).

 

C.    El Espíritu Santo ocupa una distinta posición en relación a los otros miembros de la Trinidad.

Procede del Padre mediante el Hijo (Juan 15:26). Esto lo pone administrativamente subordinado a Cristo que está administrativamente subordinado al Padre. Note que la subordinación de personas no significa inferioridad de personas.

 

     Entonces, Él es el medio y Agente mediante el cual Cristo lleva a cabo la voluntad del Padre en el mundo de hoy (Juan 14:26; 16:7; Hechos 2:33). Acerca de esto, Él sirve al Padre y al Hijo en Su obra de convencimiento, iluminación, regeneración y otros ministerios.

 

D.    Puesto que el Espíritu Santo es una persona de la deidad, nosotros deberíamos considerarlo como tal y no como una influencia impersonal  o deberíamos relegarlo a una posición inferior.

   

No deberíamos referirnos al Espíritu Santo de esa forma. Este error es muy común entre los grupos carismáticos.

 

   Note que puesto que Él está subordinado al Padre como al Hijo, no tiene que ser exaltado encima de ellos.

 

II.            LAS MANIFESTACIONES Y REPRESENTACIONES DEL ESPÍRITU SANTO

 

A.    Los emblemas usados en referencia al Espíritu Santo

Un emblema es la representación de los atributos de algo, o en este caso de alguien, mediante el uso de algunos otros objetos. Por ejemplo, el cetro que el rey Asuero le extendió a Ester fue un emblema de su autoridad no parte del mismo rey (Ester 5:2). Algunas cosas que son representadas por varios emblemas del Espíritu Santo:

     Él es mencionado con respecto a la ropa (investido) en Lucas 24:49. Ser vestido por el Espíritu Santo es emblemático de Su protección y autoridad más que referirse al Espíritu mismo. Esto es lo que los discípulos recibieron en Juan 20:22. Fue una provisión hasta Pentecostés.

     Él es mencionado en relación con el fuego (Mateo 3:11,12; Hechos 2:3). Esta referencia es un emblema de la presencia de Dios en la Persona del Espíritu Santo (Éxodo 3:2) y también de Su juicio (Levítico 10:2) pero el fuego no era el mismo Espíritu. Compara 1 Reyes 19:11,12.

     Él es mencionado con relación al viento (Juan 3:8; Hechos 2:2,4). Esta referencia es un emblema de la invisibilidad de las obras del Espíritu Santo.

 

B.     Los símbolos usados en referencia al Espíritu Santo

El símbolo es algo que significa algo más cuando se usa la razón de relación. Literalmente, la palabra griega significa: “lanzamiento a la vez” o una muestra de identidad que puede ser verificada comparando con la otra mitad. Algunas cosas que son mencionadas como símbolos del Espíritu Santo:

  • El Espíritu Santo es mencionado como las arras (2 Corintios 1:22; 5:5; Efesios 1:14). Esta referencia es simbólico de un pago inicial que garantiza el cumplimiento futuro.
  • Es mencionado como un sello (2 Corintios 1:22; Efesios 1:13; 4:30). Esta referencia es simbólica de la pertenencia y seguridad en Cristo. Una ilustración referida a esto puede verse al momento en que las latas con diferentes productos dentro son selladas, es decir en el momento de ser selladas se siente un ruido que indica que ya ha sido sellada y puede ser abierta en un momento posterior.

 

C.    Los tipos usados en referencia al Espíritu Santo

Un tipo es una “prefiguración de una realidad correspondiente que es propuesta divinamente” (Ryrie). Usualmente está fuera de lo ordinario y debe ser algo que describa ciertos hechos proféticos acerca de un antitipo que es cumplido en él. Por ejemplo, José siendo vendido es un tipo de Cristo (Génesis 37). Algunos tipos del Espíritu Santo:

  1. El aceite es mencionado como un tipo de Él (1 Juan 2:27). El ungimiento era una práctica para descubrir la selección y aprobar a los profetas, sacerdotes y reyes para el servicio. Este tipo es cumplido en el ungimiento del Espíritu Santo que los creyentes reciben. Comparar también Éxodo 40:9 con Lucas 4:18).
  2. Él es mencionado en referencia al agua (Juan 7:37,38). Así como el agua es esencial para la vida, es un tipo del Espíritu Santo que da y sustenta la vida (Juan 6:63).

 

D.    Las teofanías manifiestan la Persona del Espíritu Santo

1.      Algunos eruditos sostienen que las tres referencias del Espíritu Santo, paloma, fuego y viento, son teofanías o apariciones reales de Él.

 

2.      Las referencias de fuego y viento, parecen  sin embargo ser emblemas del Espíritu Santo los cuales manifiestan Sus atributos  más que Su persona.

 

3.      Por otro lado, la referencia al Espíritu Santo como una paloma parece ser una teofanía. Él es referido como que desciende en forma corporal como una paloma (Lucas 3:22; Mateo 3:16; Marcos 1:10; Juan 1:32). Esta manifestación de Su persona demuestra Su sencillez y eficacia (Mateo 10:16; Lucas 2:24; cp. Levítico 12:8).

 

  III.            LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO

 

A.    La obra del Espíritu Santo en el pasado eterno

1.      Puesto que el Espíritu Santo es la tercera Persona de la Deidad, es evidente que estuvo involucrado en la formulación de todos los decretos divinos (Génesis 1:26; Hechos 2:23; Hechos 4:28; Efesios 1:11).

 

2.      En las Escrituras se muestra evidentemente que Él estuvo involucrado personalmente en la administración de los decretos divinos (Salmos 33:6).

 

B.     La obra del Espíritu Santo en la creación

1.      Él participó en la creación de la tierra (Génesis 1:2).

 

2.      Tuvo parte en la creación de los animales (Salmos 104:30) y también en la creación del hombre (Job 22:3; 33:4).

 

C.    La obra del Espíritu Santo en la revelación y la inspiración

1.      Él es el agente divino que obró detrás de los agentes humanos haciéndolos capaces de recibir la revelación especial de Dios (2 Samuel 23:2; Ezequiel 2:2; Mateo 22:43; Hechos 1:16; 4:25; 2 Pedro 1:21).

 

2.      Él dirigió sobrenaturalmente a los escritores de la Biblia para que registrasen con una precisión perfecta las mismas palabras de Dios así como toda la revelación especial de Dios (2 Timoteo 3:16).

 

3.      Nótese que en este proceso algunos escritores del Antiguo Testamento no entendieron todo lo que ellos recibieron y registraron (1 Pedro 1:10,11), pero sabían que estaban hablando de Dios y para Dios (2 Samuel 23:2,3; Isaías 59:21; Salmos 107:11; 119:11; Proverbios 30:5).

 

D.    La obra del Espíritu Santo con los hombres en el período del Antiguo Testamento

   Él fue un Restringente del pecado y Sus esfuerzos estaban abocados a refrenar a los hombres de sus caminos de maldad. Cuando esta obra llegó a su fin, le siguió el juicio del diluvio (Génesis 6:3). Después esta obra continuó y cuando otros no eran refrenados por el Espíritu Santo, entonces el juicio venía sobre ellos también (Romanos 1:24,28). Esta obra está continuando en nuestros días (2 Tesalonicenses 2:6,7).

 

    Él “vino sobre” los hombres en el Antiguo Testamento con el propósito de hacerlos capaces de cumplir diversos tipos de servicio. Él moró en algunos pero esa no fue la excepción (Números 27:18; Daniel 5:11; Ezequiel 2:2; 1 Pedro 1:11). Normalmente, Él venía sobre los hombres y los llenaba o controlaba para hacer cosas específicas. Algunas veces daba sabiduría especial (Éxodo 31:1-6) o habilidad (Números 11:16,17; Deuteronomio 34:9; 1 Samuel 16:13). En otras ocasiones daba fortaleza física (Jueces 14:19).

 

    Su obra permitió que los santos del Antiguo Testamento hicieran cosas sobrenaturales y que anduviesen con Dios, sin embargo esta obra difiere de Su obra durante la era de la iglesia.

  • Su ministerio al morar en algunos santos del Antiguo Testamento no fue regenerativo. Dejó a Sansón (Jueces 13:25; 16:20), Saúl (1 Samuel 10:10; 16:14) y David (Salmos 51:11), pero esto no significa la pérdida de salvación.
  • Su ministerio entre los santos del Antiguo Testamento fue limitado cuando es comparado con Su ministerio y obra en los santos del Nuevo Testamento. No había el bautismo, la santificación, el sellado, etc.

    

E.     La obra del Espíritu Santo en relación a Cristo

 

1.      Su obra en el nacimiento virginal (Mateo 1:20; Lucas 1:35).

Fue mediante su agencia creativa que María concibió y proveyó de su sustancia un cuerpo humano que el Hijo de Dios tomaría en ese tiempo.

 

2.      Su obra en la vida y ministerio de Cristo (Lucas 4:16-21).

No hay referencias bíblicas las cuales muestren el ministerio y la relación del Espíritu Santo con Cristo durante Su vida privada mientras crecía en Nazaret. Pero si sabemos que Cristo agradó al Padre durante esos años (Mateo 3.17).

 

Cuando Cristo fue bautizado y comenzó Su ministerio público, también fue ungido por el Espíritu Santo (Lucas 3:21,22; Juan 1:32; 3:34). Este ungimiento le permitió a Jesús, como hombre, llevar a cabo la obra que el Padre le había encomendado (Hechos 10:38). Aun cuando no todos, algunos de los milagros del Señor fueron hechos por el poder del Espíritu Santo (Mateo 12:28,31; Lucas 4:18). Otros fueron hechos por el poder inherente de Cristo (Marcos 5:30; Lucas 5:17; 6:19).

  

3.      Su obra rodeó la muerte de Cristo (Hebreos 9:14).

Fue el Espíritu que capacitó a Jesucristo, como hombre, soportar los padecimientos de la cruz y ofrecerse a sí mismo por nuestros pecados.

 

4.      Su obra en la resurrección de Cristo (Romanos 8:11).

El Espíritu Santo obró con el Padre y el Hijo en la resurrección de Cristo (Gálatas 1:1; Juan 10:18; 1 Pedro 3:18).

 

5.      Su obra en la ascensión de Cristo (Hechos 1:9-11; Efesios 1:17-22).

No hay referencias bíblicas las cuales muestren la obra del Espíritu Santo aquí, pero como la tercera Persona de la Trinidad podemos asumir correctamente que también actuó Su poder para que Cristo ascienda.

 

6.      Su obra en consideración a la obra de Cristo en la iglesia (Hechos 1:8).

Es mediante el poder del Espíritu Santo que Cristo está edificando Su iglesia, llamando a algunos para algún servicio específico, y dirigiendo en todos los ministerios de la iglesia (1 Corintios 12:3,13; Hechos 13:2-4; 1 Corintios 2:4; Efesios 4:3).

 

7.      Su obra en consideración al Reino del Milenio (Isaías 11:2-5).

Durante el milenio, Cristo continuará Su obra como el Mesías mediante el poder del Espíritu Santo que descansa sobre Él.

 

F.     La obra del Espíritu Santo durante la era de la iglesia.

 

1.      El ministerio del Espíritu Santo en consideración a la maldad en esta dispensación.

Sin duda el Espíritu Santo es el Restringente mencionado en 2 Tesalonicenses 2:7 que está conteniendo el pecado y la desobediencia en este mundo que culminará con la aparición del anticristo. En ese tiempo “el misterio de la iniquidad o desobediencia” que se afirma por sí mismo contrario a Dios llegará a su máxima expresión.

 

     El Espíritu Santo también está refrenando la maldad en nuestros días en un sinnúmero de formas. Él realiza esto mediante el testimonio y ejemplo de los creyentes (Mateo 5:13,14). Él hace esto a través de las operaciones de los gobiernos humanos (Romanos 13:1-4). Lo hace a través de las muchas influencias del cristianismo dentro de una sociedad. La conciencia del hombre también puede ser usada por el Espíritu Santo para que la persona considere su pecado (Romanos 2:15).

 

2.      El ministerio del Espíritu Santo en consideración a los incrédulos.

 

El Espíritu Santo obra en relación con el mensaje del Evangelio para convencer a los incrédulos de una triple forma (Romanos 10:17; 1 Corintios 1:18,21).

 

Él convence de “pecado,” no de los pecados (Juan 16:8). Destaca en el incrédulo que es culpable del pecado de la incredulidad o de no confiar en Cristo (Juan 16:9). Incluso señala el problema del hombre y éste es el por qué ya está condenado (Juan 3:18).

 

Convence o le señala al incrédulo quién es el único justo que ha cumplido los requerimiento de Dios (Juan 16:10). Aquí es donde la carencia del hombre es revelada así como también es mostrada la inutilidad de la justicia de uno mismo (Efesios 2:8,9; Tito 3:5; Isaías 64:6).

 

Finalmente convence o le muestra a la persona que el pecado será juzgado. Satanás fue juzgado en la cruz y esto confirma que está condenado eternamente, y esta sentencia es segura (1 Juan 2:17; Apocalipsis 20:10). Aquí es revelada la responsabilidad del hombre como un ser moralmente responsable, y todos los que se encuentren en el lado de Satanás serán condenados junto con Él (Mateo 25:41,46).

 

El Espíritu Santo alumbra al incrédulo, no sólo para ver su necesidad, sino para entender la condición y la promesa del perdón asociada con el Evangelio (Mateo 11:28; Juan 3:36; 5:24; 6:44).

 

3.      El ministerio del Espíritu Santo en consideración al creyente

 

La obra que realiza en el creyente en el momento de la salvación.

 

El Espíritu Santo santifica al creyente (2 Corintios 3:18). Esto involucra dos aspectos: En posición, siendo separados cuando fuimos salvos (1 Corintios (1 Corintios 1:2; 6:11), también involucra en práctica, siendo separados día a día mientras cedemos al control del Espíritu Santo (Juan 15:3; 17:17: Gálatas 5:16).

 

El Espíritu Santo reprende al creyente cuando hace algo malo (1 Juan 3:20). Esto es hecho mediante nuestra conciencia. Nosotros estamos moralmente concientes de las cosas.

 

El Espíritu Santo da testimonio al espíritu del creyente (Romanos 8:16). Esto involucra Su obra de certificar las cosas de Dios al espíritu del creyente por medio del cual él tiene la conciencia de Dios (1 Corintios 2:11,12).

 

El Espíritu Santo les enseña a los creyentes (1 Juan 2:27). En esta obra Él le proporciona iluminación al creyente para que entienda la verdad de Dios y para que lo diferencie del error (Juan 14:26; 1 Corintios 2:11,12; 1 Timoteo 4:1-3).

 

El Espíritu Santo guía al creyente (Romanos 8:14). Él nos dirige para hacer la voluntad de Dios. Los medios por los cuales lo realiza involucran: La Palabra (Salmos 119:11,105; 2 Timoteo 3:16,17). Sugerencias personales (Isaías 30:21; Lucas 2:27). La providencia o las circunstancias (Hechos 16:6-12; Gálatas 4:13 cp. Hechos 13:14).

 

El Espíritu Santo ora por el creyente (Romanos 8:26,27). Esto involucra no sólo que nos ayuda a expresarnos ante el Padre en oración sino también ministra en nombre del creyente (Judas 20).

 

El Espíritu Santo llena al creyente (Efesios 5:18). Ser llenado con el Espíritu Santo es estar bajo Su control. La palabra “llenos” significa “controlados,” no debemos preguntarnos cuánto de Espíritu tenemos sino de cuánto de nosotros está en Su control.

 

Para ser lleno del Espíritu Santo, primeramente el creyente debe arrepentirse y confesar sus pecados (Efesios 4:30; 1 Juan 1:9). Segundo, el creyente debe entregarse a sí mismo mediante una decisión personal y un acto de fe para permitir que el Espíritu lo controle (Romanos 6:13; Colosenses 3:9; Efesios 4:22-24; Romanos 12:1).

 

Ser lleno del Espíritu Santo es andar en obediencia a la Palabra de Dios (Gálatas 5:16) y esto es evidenciado en las muchas formas en las cuales el Espíritu Santo usa a los creyentes. En Pentecostés y en otras ocasiones fue al hablar en otros idiomas conocidos como una señal para los judíos incrédulos (Hechos 2:4; 10:44-47; 19:1-6). En otras oportunidades era evidente por la valentía de testificar a otros de Cristo (Hechos 4:8,31; 7:55; 9:17-20; 11:24), en otras ocasiones era evidente por el poder en contra de las potestades de las tinieblas (Hechos 13:9-12; 52). En nuestros días esto es evidente por nuestro corazón gozoso y agradecido, por la sumisión a otros según el plan ordenado de Dios y por el atrevimiento de testificar a otros (Efesios 5:18-25; Hechos 8:29; 5:32).

 

El Espíritu Santo otorga dones a los creyentes (1 Corintios 12:1-31). Estos dones son dados en el momento de la salvación y son las capacidades espirituales para trabajar en el servicio del Señor. Estos 19 dones pueden ser puestos en categorías de una triple forma:

 

(a)    Los dones de señales incluían milagros (1 Corintios 12:10), sanidades (1 Corintios 12:9), lenguas e interpretación de lenguas (1 Corintios 12:10).

 

(b)   Los dones de expresión incluían el apostolado (1 Corintios 12:28), la profecía (1 Corintios 12:28; Romanos 12:6), el evangelismo (Efesios 4:11), pastorear (Efesios 4:11), exhortación (Romanos 12:8), enseñanza (1 Corintios 12:28), el don de ciencia y el don de sabiduría (1 Corintios 12:8).

 

(c)    Los dones de servicio incluye el ayudar (1 Corintios 12:28; Romanos 12:7), los que administran  o presiden (Romanos 12:8; 1 Corintios 12:28), el don de repartir (Romanos 12:8), la fe (1 Corintios 12:9), el don de hacer misericordia (Romanos 12:8), el don de la hospitalidad a los que ayudan, (1 Corintios 12:28) y discernimiento (1 Corintios 12:10).

 

(d)   Debe verse que los dones de señales fueron restringidos para la era apostólica. Ellos fueron utilizados para autenticar el mensaje del Evangelio y a los mensajeros ante los judíos. Véase Marcos 16:17,18 y su cumplimiento en Hebreos 2:3,4. Es evidente que los dones de señales cesaron en los días de Pablo (2 Timoteo 4:20).

 

G.    La obra del Espíritu Santo más allá de la era de la iglesia.

 

Su obra durante el período de la tribulación.

  • Durante este tiempo el Espíritu Santo suspenderá Su ministerio de refrenar la maldad en el mundo (2 Tesalonicenses 2:7,8).
  • Puesto que multitudes serán salvas durante este tiempo y puesto que nadie puede ser salvo fuera de Su ministerio y la Palabra (1 Pedro 1:23), es evidente que Él continuará con Su ministerio salvador (Apocalipsis 7:9,10).
  • El Espíritu Santo no bautizará a los santos de la tribulación dentro del cuerpo de Cristo.

 Su obra durante el Milenio.

  • El Espíritu Santo continuará Su obra salvadora (Ezequiel 11:9; 36:26; Zacarías 12:10).
  • Él estará involucrado en la obra mesiánica de Cristo (Isaías 11:2,3; 42:1-7).
  • Él morará en los creyentes judíos (Ezequiel 36:27; 37:14; Jeremías 31:33) y los santos de la iglesia (Juan 14:16).
  • Él refrenará la maldad durante el Reino del Milenio (Isaías 59:19).