La generacion del Vino Nuevo


LA GENERACION DEL VINO NUEVO

 

“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos de ha de echar” (Marcos 2:22).

 

Dios siempre ha hablado a las generaciones con el fin de bendecirlas y señalarles su perfecta voluntad. Dios es un Dios que trabaja con generaciones compro-metidas a cumplir con lo que Dios ha decretado espiritualmente, y éstas generaciones deben poner a producir lo que Dios quiere que se derrame sobre la tierra y la humanidad entera. Y Dios no solo trabaja con estas generaciones, sino que también las usa de diferentes maneras.

     Dios bendijo a Adán y Eva y les habló de compromiso, y los había escogido como una generación que llenaría la tierra, pero ellos no quisieron cumplir con lo que Dios había ordenado, pecaron y fueron expulsados del paraíso.

     Dios le habló a Noé de consagración, un hombre que en medio de una generación perversa y maligna se había guardado, y había estado esperando en oración la guía de Dios. Fue entonces como Dios lo usó para construir el arca, y de esta manera por medio de Noé, Dios salvó a la humanidad de su aniquilación.

     Enóc fue un hombre que caminó con Dios, y Dios le habló de una bendición poderosa, y era el de trasladarlo al cielo para que viviera hasta el día de hoy como un adorador genuino.

     Dios le habló a Abraham de separación, pues tenía que dejar su tierra y su parentela, y salir a la tierra que Dios le había mostrado. La obediencia era parte de su bendición. Para los días de Moisés, Dios le habló a este patriarca de liberación. Su pueblo debía salir de Egipto para poder tener libertad para adorar en el desierto.

     En los días de Josué Dios hablaba de conquistas. Y el pueblo de Israel pasó el Jordán en seco y conquistó lo que por muchos años Dios les había prometido. En los días de Samuel, Dios le habló de santidad. Cuando Dios le hizo el llamado a Samuel, la Palabra de Dios escaseaba y la santidad en el sacerdocio no existía. Fue de esa manera que Dios llamó a este joven dispuesto a hacer Su voluntad.

 

     Para los días de Ezequiel Dios hablaba de intercesión. Él estaba buscando a alguien que se pusiera en la brecha a favor del pueblo y Ezequiel entendió al llamado. En los días de Esdras y Nehemías Dios hablaba de la restauración del culto. El pueblo de Israel había estado cautivo bajo el reinado impío, pero Dios motivó al pueblo a construir los muros de Jerusalén y restaurar el altar caído. En Los tiempos de Isaías Dios hablaba de manifestar su Gloria, y fue así que Isaías vio la gloria de Dios y sus faldas que llenaban el trono celestial.

 

     En los días del ministerio de Nuestro Señor Jesucristo, Dios habló de salvación, amor, perdón y gracia para todo aquel que aceptara a Cristo en su corazón. Promesa que está vigente hasta el día de hoy. En los días de los comienzos de la Iglesia, Cristo nuestro Dios habló del derramamiento del Espíritu Santo. Ese derramamiento vino en día de pentecostés y revolucionó al mundo entero.

     En los años 1500, cuando la iglesia entró en el periodo del oscurantismo, Dios Habló de volver a la Palabra. Habló de una reforma, y usó a Martin Lutero para tal propósito. En ese tiempo había corrupción eclesiástica y el pueblo no entendía lo que se predicaba; fue así que Martín Lutero en su afán de conocer más profundamente a Dios descubrió por las Sagradas Escrituras que la salvación es por fe y no por medio de indulgencias, y de esta manera colocó sus 95 tesis en las puertas de la catedral de Wittenberg, anunciando la reforma de la iglesia, y a ir a la fuente pura de la Palabra de Dios.

 

     En los años 1700 Dios habló del nuevo nacimiento. Hombres como Juan Wesley y Jonatán Edwards, predicaron a miles de personas que recibieron a Cristo como su Señor y Salvador. En los años 1800 Dios hablo del comienzo de grandes avivamientos. Dios usó a Carlos Finney como el gran Apóstol de avivamientos y el cual le predicaba a miles de personas en cruzadas masivas donde la gloria de Dios se derramaba poderosamente.

     A finales de 1800 Dios habló de la predicación como puente para alcanzar la vida eterna. Hombres como Carlos Spugeon, y Dwight Lyman Moody se levantaron con la unción de Dios para restaurar el pulpito y llevar a miles a los pies de Cristo.

     En los años 1900 Dios hablo de un poderoso Avivamiento. La iglesia estaba apagada, sin obrar pentecostés. Era un ente totalmente adormecido. Pero Dios usó a un Hombre, su nombre era Evans Robert, quien oraba para que Dios enviara un poderoso avivamiento, y la gloria de Dios descendió a Gales como respuesta a la oración de este siervo de Dios, produciendo el despertar de la iglesia y la evangelización de más de cien mil personas.

 

     En el año 1906 Dios uso a William J. Seymour, para catalizar un poderoso pentecostés que se derramo poderosamente en la Calle Azuza, el cual produjo un poderoso despertar misionero hacia todas las naciones.

 

     En 1950 Dios habló del ministerio de sanidad. Siervos de Dios como Oral Roberts considerado el precursor del ministerio de sanidad; Kathyn kuhlman quien fue la mujer que creía en los milagros, Smith Wigglesworth quien era considerado el “Apóstol de la fe”; Aimee Semple McPherson quien era una mujer llena del poder de Dios; Aza Alonso Allen quien fue considerado “El hombre de los Milagros”.

     En 1970 Dios habló de crecimiento. Hombres como David Yonggi Cho, quien le creyó a Dios y revolucionó la historia del crecimiento de la iglesia, contando actualmente con la iglesia más grande del mundo.

     En 1980 Dios habló de la renovación carismática, las iglesias tuvieron un despertar por la llenura del Espíritu Santo y el surgimiento de los dones para edificar al cuerpo de Cristo.

 

     En el periodo de los 80 y los 90, Dios hablo de Evangelismo masivo. Dios levantó hombres como Billy Graham, Benny Hinn, Carlos Annacondia, Luis Palau, Alberto Motessi, Reinhard Bonnke, El hermano Pablo, Claudio Freidson, entre otros.  En Colombia Dios ha levantado a toda una nueva y poderosa generación que le ha creído, con el fin de llevar a cabo la gran comisión de tomarse los estadios y lugares de concentración masiva, para predicar el evangelio a millones de personas.

     A finales del siglo XX Dios ha levantado grandes hombres y mujeres que han impactado sus naciones con el poder del Espíritu Santo y que han levantado poderosos ministerios con iglesias grandes y crecientes. Esto es muestra de que Dios ha hablado a cada generación. Sin embargo, en este siglo presente, en el siglo XXI Dios habla del último y más grande Avivamiento de toda la historia de la humanidad, Dios ha determinado que un Vino Nuevo está cayendo a una generación comprometida que impactará al mundo entero. De Colombia saldrá el Avivamiento para el mundo entero, pero Medellín es el Epicentro Mundial del Avivamiento a las naciones ¡Aleluya!

     La generación del Vino Nuevo es la que Poseerá las puertas de sus enemigos en este ultimo tiempo. Es la generación que surgirá como un movimiento sin precedentes, con la capacidad de romper y ejercer dominio sobre toda obra de maldad. La generación del vino Nuevo, emergerá también, como respuesta a la ola de inmundicia y de pecado que está minando a la humanidad y a la misma iglesia de Cristo.

 

     Usted y yo somos esa generación del Vino Nuevo que Dios está preparando, para que bajo el poder y la unción del Espíritu Santo, conquistemos y arrebatemos lo que el enemigo nos ha robado. Somos la generación que impactará las naciones con una ola de Avivamiento, pues el Vino Nuevo ya está cayendo ¡Aleluya!

     Las Promesas de Dios son para esta hora, donde él traerá la abundancia de las naciones y las pondrá en las manos de la Iglesia para que vayamos y conquistemos bajo el Vino Nuevo que el está derramando. Es para nosotros ahora, y debemos creer que Dios lo derramará en su vida poderosamente; es para la iglesia de hoy, pues Dios dice que la Gloria postrera de esta casa, será mejor que la primera. Para que esto suceda, debemos saber tres cosas que son importantes si queremos ser parte de la generación del Vino Nuevo. Es decir, la generación del Espíritu Santo.

 

1. El vino nuevo que está cayendo proviene de Dios:

 

Dios obra de diferentes maneras, y todo lo que hace es para que le demos gloria a Él. Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de la esclavitud, no usó un gran ejército, sino que envió a un solo hombre. Cuando Dios decide liberar a una ciudad o una nación, lo hace solamente con personas dispuestas a ser parte de una generación que impacte y lleve la gloria de Dios.

     Josué libró batallas con el ejército de Israel, pero Dios es experto en utilizar armas no convencionales para derrotar a nuestros enemigos. Una de esas fue las siete vueltas a Jericó y los muros cayeron, pues es Dios quien hace la obra y el vino nuevo proviene de Dios. No conquistaremos con armas humanas, pues no es con armas ni con ejército, sino con el Espíritu Santo de Dios que conquistaremos lo que tenemos prometido desde los cielos.

     Dios usará métodos no convencionales para bendecirte,  y utilizará a quien el quiera tocar para traerte bendición. Dios utilizará métodos no convencionales para sanarte y traer a tu vida liberación. Lo importante es que el Vino Nuevo no vendrá por manipulación humana, ni por personas que se crean súper-ungidas; vendrá a través de una generación que le crea y que esté dispuesta a ser conquistadora.

 

     Dios utilizará métodos no convencionales; personas como usted y yo que tal vez nunca se imaginaron que pasaría algo poderoso, pero que ahora estamos viendo que nuestra iglesia está llamada para cosas poderosas. ¡Has parte de la generación del Vino Nuevo! ¡Un Vino Nuevo está cayendo!

     El Dios de la multiplicación y la sobreabundancia hará cosas poderosas con nuestra vida. Somos la generación que Dios está levantando para ver conquistas grandes en el lugar que Dios te ha puesto. La Biblia dice que Dios bendijo a una viuda que creyó a la palabra del Profeta en medio de la escases (2 Reyes 4:1-7):

  • Sus dos hijos corrían el peligro de ser llevados como esclavos, pues la viuda estaba endeudada.
  • Dios utilizó lo poco que tenía la viuda para efectuar un poderoso milagro. Las vasijas son necesarias para que Dios derrame Vino Nuevo.
  • La Viuda vio el poder de Dios cuando obedeció y se encerró a orar con sus hijos.
  • Dios envió la bendición de prosperidad, porque la bendición del Vino nuevo que está cayendo proviene de Dios ¡Aleluya!
  • Por años nuestros hijos han estado en peligro de ser esclavizados por el mundo. Las deudas han estado persiguiendo la iglesia, la escases ha hecho parte de muchas personas nacidas de nuevo, pero Dios ha dispuesto que una generación se levante en fe, y sea llena del Vino Nuevo, del Aceite poderoso del Espíritu Santo, para que nuestros hijos no estén más esclavizados, para que las deudas no nos esclavicen más, y para que la escases no sea más un estilo de vida.

     El vino Nuevo trae victoria, el vino Nuevo trae liberación; el vino Nuevo trae prosperidad. Pero es Dios quien lo envía.

 Jesucristo es el Dios de la multiplicación. Él fue quien le dijo a Andrés: “Toma estos cinco panes y dalo a la multitud”. El fue quien le dijo a Pedro: “echa tu red a la derecha” y por la obediencia de Pedro salieron miles de peces en la red, el Señor en un solo día le dio la multiplicación.

     Un gran Vino Nuevo está cayendo, pero es importante saber que es Dios quien lo está enviando. Es Dios el que sana, el que salva, el que pelea. ¡No son nuestros recursos, sino que es el Dios de la generación del Vino Nuevo! Es Dios quien te dará lo que has estado anhelando. No mires tus recursos, mira el Vino nuevo que está cayendo.

 

2. Será a la manera de Dios (Marcos 2:22):

 

Nuestro Señor Jesucristo estaba diciendo que no se puede echar vino nuevo en odres deteriorados. Por odres viejos quería decir las viejas estructuras, las tradiciones humanas y las zonas de comodidad.

     Durante años han querido estigmatizar la iglesia con métodos y estructuras viejas y humanas, que en un tiempo dieron resultado, pero que ahora ya están mandadas a recoger. No podemos permitir que la iglesia entre en un letargo espiritual producto de no salir de la zona de comodidad de aquellos que dejaron apagar la visión y el poder Pentecostés.

     Cantidad de cristianos están acostumbrados al vino añejo que lo único que produce es adormecimiento, pues están acostumbrados a esta clase de paladar retardado (Lucas 5:39). No es que lo viejo no tiene valor, pero cuando no hay renovación las estructuras se vuelven meramente humanas y carentes del poder de Dios.

     Muchos nos sentimos como David cuando quieren llevarnos por esquemas antiguos (1 Samuel 17:38-40). Dios no quería que derrotara al Gigante Goliat con la armadura de Saúl, sino que lo hiciera a la manera de Dios: Con cinco piedras y una honda. Los Goliat no serán derribados con estrategias humanas, derribaremos los Goliat a la manera de Dios ¡Aleluya! 

     No será a nuestra manera como Dios hará crecer la iglesia. No será a nuestra manera como Dios nos traerá la multiplicación.   No será a nuestra manera como veremos la prosperidad. Es a la manera de Dios que veremos sus maravillas, y su poder actuando en tu ministerio y en tu iglesia, pues somos la generación del Vino Nuevo. ¡Aleluya!

      No será con métodos baratos y humanos que haremos venir la presencia de Dios. No vamos a traer la gloria de Dios con esquemas mentales humanos y carnales. Es a la manera de Dios que veremos un gran Avivamiento.

 

3.  Caerá en odres de Dios:

 

Existen dos clases de creyentes: Unos son los que se quedan en su zona de complacencia esperando a que las cosas sucedan, y los otros hacen parte de la generación del Vino Nuevo que buscan que las cosas sucedan. ¡Estos últimos son los que van a disfrutar del vino Nuevo que está cayendo! 

     Estamos en un Avivamiento poderoso, pero tenemos que esperar la bendición y creer que Dios es el Dios de la Multiplicación. Tenemos que cambiar esos esquemas mentales que dicen que ser pobre es ser santo, que ser mediocre es ser consagrado, que estar enfermo es estar dentro de la voluntad de Dios. 

     Dios es un Dios de sobreabundancia y bendice a quienes le obedecen. Si tú tiene dos hijos, y uno es el que te ama, te obedece y está contigo. Y otros es el desobediente y se rebela contra ti; tú no le dice al rebelde: “Toma hijo te regalo para una casa” “Toma hijo te regalo para un carro” “Te felicito por ser rebelde, y aquí tiene para la universidad”. Y al otro que es obediente, y te ama le dice: “Te quiero con zapatos rotos y en la ruina, para probarme que si me amas”. ¿Sabe que sucedería? El hijo obediente se pasaría para el lado del desobediente. Pero Dios no bendice desobedientes, Dios bendice a los obedientes, solo tienes que cambiar ese odre viejo y creer que Dios te bendice. De lo contrario el Vino Nuevo no caerá a tu vida. 

     Dios te dice: “Te Quiero Bendecir”, Pero como todavía estás en un odre viejo no disfrutas del Vino Nuevo de la prosperidad. Dices que la pobreza es bendición, que las deudas hacen parte del plan de Dios para tu vida. Muchos dicen: “¿Será que Dios me puede bendecir?”. A Muchos Dios los quiere sanar, pero dicen: “Este cáncer es para la gloria de Dios” “Este tumor que está más grande y más lindo, glorificará más a Dios”. Mientras no rompas tus odres viejos y cambies tu manera de pensar, nunca creerás que la bendición, la prosperidad y la sanidad hacen parte del plan de Dios para su pueblo. 

     Cuando el Vino Nuevo de Dios cae en una generación que le cree, las cosas poderosas que Dios ha prometido comienzan a suceder. Somos la generación del Vino Nuevo. Si quieres ser parte de la generación del Vino Nuevo tienes que romper varios odres: 

  • El odre de las malas actitudes. Como llegar tarde al culto, tener un ministerio a medias, tener un cristianismo apagado y religioso, ser un pesimista.
  • El odre del lenguaje obsceno: Manejar mediocridad para hablar, un lenguaje que estanca las bendiciones. Necesitamos el lenguaje del Vino Nuevo.
  • El odre de los esquemas mentales: Creer que solo los métodos humanos y antiguos son los que dan resultado.
  • El odre de la Visión Acortada: Creer que no vamos a avanzar, que nos estamos estancando, que no somos escogidos para grandes cosas.
  • El odre de la Mundanalidad: Vivir conforme a lo que el mundo me ofrezca y no a lo que Dios me ordene, y a la santidad que Él exige.
  • El odre de la carnalidad: Forzar a Dios a que se manifieste en medio de su pueblo con métodos y espectáculos meramente humanos.
  • El odre del tradicionalismo: creer que Dios está solo en X o Y denominación o grupo en especial. Dios está en una generación que quiere embriagarse de su poder (Hechos 2:12-18).
  • El odre del temor: No avanzar por temor al fracaso. Dios quiere gente que le crea y haga su voluntad.

     Como un aporte teológico quiero decir que el vino es un símbolo de alegría (Salmo 104:15); un ingrediente de la adoración (Joel 1:10); y un complemento del pan (Jueces 19:19). El vino del Espíritu es el estímulo espiritual Divino que Satanás procura falsificar por medio del estímulo del alcohol. El vino es aquello que suelta las restricciones e inhibiciones, da denuedo y produce abundancia de palabras.

     El trabajo del Reino requiere obreros vigorosos, entusiastas y estimulados, para una realización de obra más efectiva. La expresión de los observadores en el día de Pentecostés fue cínica (Ver Hechos 2:13). Fue en el vigor y el estímulo de esta clase de relación con el Espíritu Santo como los apóstoles proclamaron el mensaje del Evangelio en ese día y vieron tres mil almas añadidas a la Iglesia.

 

      Concluyo diciendo tres cosas importantes: Lo primero es que el vino nuevo exige odres nuevos, lo segundo es que el vino nuevo pide nuevas estructuras, y lo tercero es que el vino nuevo demanda salir de nuestra zona de complacencia. Dios está levantando una generación llena del poder del Espíritu Santo, para llevar a cabo los planes y propósitos para este último tiempo. Una generación del vino nuevo que está sedienta por recibir y trabajar para Dios, ganado las almas para Cristo.

 

¡Que Dios te Bendiga!

 

Tomado del Libro: Neumatología - "Un Estudio Biblico del Espíritu Santo"

Autor: Jimmy Salazar Vallejo.

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